domingo, 26 de mayo de 2013

"EL CAMBIO" es una película que nos recuerda que la mayoría de las veces en nuestra vida dejamos de ser "felices" para ser "buenos"


AGRADECER…
¡LA ÚNICA FORMA DE HACER MILAGROS!

Todas las cosas que suceden son vivencias que te permitirán evolucionar en forma consciente y que definen lo que realmente eres y no lo que pareces ser. Yo te puedo garantizar que una vez que aceptes que eres más que un cuerpo, que eres un ser espiritual a quien Dios le dio todo su poder para ser feliz, que todas las circunstancias que rodean tus decisiones son un reflejo de tus creencias, podrás descubrir que lo importante no es lo que seas capaz de hacer sino “lo que te crees capaz de hacer” y sobre todo entender que no tendrías ningún “deseo” si no tuvieras el poder para realizarlo. Pero pensar y hablar de ello, no sustituirá jamás la experiencia de vivirlo, simplemente, porque la palabra fuego no quema, ni la palabra lluvia moja. Las frases <espero que…, voy a…,  intentare…, tratare…, supongo que…, quizás si…,> ¡no funcionan! Nunca veras el resultado que esperas,  sino mas de lo mismo.

Todo lo que deseas ya esta creado para ti. Dios, el Universo, tu Consejero Espiritual favorito, no importa como lo llames todo lo que has pedido ya ha sido concedido por que “tus deseos son ordenes”. Lo tomas o lo dejas. ¡Esa es tu elección! Si decides tomar lo que Dios te regalo ¿Qué te queda por hacer? Vivir de acuerdo a lo que pediste y entrar en acción. Si pediste ser feliz ¿Cómo se conduciría en la vida una persona feliz? Lo mínimo es que jamás este de mal humor y amargado. El "cambio" de actitud ante la vida iniciarlo con un ¡gracias!, el ser agradecido por todo lo que ya esta creado para ti, por todo lo que ya se te ha dado es lo que te convierte es un “hacedor de milagros”. Nuestras plegarias no son respondidas cuando pedimos lo que queremos sino cuando eres capaz de utilizar tus posibilidades ilimitadas de cambiar tu realidad solo y exclusivamente cuando logras pasar de la pasividad a la acción  y “eso”,  amigo mío… ¡es el Secreto!