sábado, 11 de agosto de 2012

EL AMOR CONYUGAL ES EL PRIMER EJEMPLO DE "AMAR " QUE RECIBE UN NIÑO"

¿CÓMO SE APRENDE A AMAR? La capacidad de amar es resultado del desarrollo afectivo del ser humano durante los primeros años de su vida. La madurez afectiva es un proceso continuo y secuencial que va desde la infancia hasta la edad adulta en un proceso donde el ser humano se prepara para la comunicación íntima y personal con sus semejantes; y que debe desencadenarse al primer contacto del niño con el adulto, perpetuándose a lo largo de su existencia. Por lo tanto es en la familia donde se hace posible el amor, el amor sin condiciones. Los padres inician la familia con una promesa de amor y quieren a sus hijos porque son sus hijos, no por sus cualidades. Es en el seno familiar donde se cultiva lo humano del hombre, enseñarlo a pensar, a profundizar y a reflexionar. Es donde el hombre aprende sobre las virtudes, el respeto como guardián del amor, la honradez, la generosidad, la responsabilidad, el amor al trabajo, la gratitud, etc. La familia nos invita a ser creativos inteligentes y a conocer la voluntad para poder contribuir a la sociedad en forma íntegra. El amor de la familia se transmite a nuestra sociedad. Por lo tanto la sociedad en la que vivimos es muestra contundente de la forma en que hemos practicado el amor en la vida de cada uno. Porque la familia es el primer ambiente vital que encuentra el hombre al venir a este mundo y su experiencia es para siempre decisiva. EL AMOR CONYUGAL ES EL PRIMER EJEMPLO DE AMOR PARA UN NIÑO Ahora bien, ya sabemos que la Familia es “el lugar donde el amor engendra la vida” La familia es la primera y fundamental escuela de sociabilidad. Si, pero el amor mutuo de los esposos, que se transforman en los padres del niño, se pone como modelo en las relaciones entre hermanos y hermanas y entre las diversas generaciones que conviven en la familia. La participación de cada uno de sus miembros en la casa, en los momentos de alegría y de dificultad representan la pedagogía más concreta y eficaz para la inserción activa, responsable y fértil de los hijos en la sociedad” Al final el ejemplo es el mejor método para educar. Hay una frase que dice “Lo que eres habla tan fuerte, que no oigo lo que me dices”. Qué ganamos con decir o pretender demostrar amor a nuestros hijos, si lo que importa es lo que ellos ven en la forma como tratamos a nuestro pareja, que es su papa o su mama. Tenemos que entender claramente que no hay nada que eduque más y mejor a los hijos que el ejemplo de amor que ven entre sus padres como pareja. Por lo tanto es lógico pensar que para amar a nuestros hijos tenemos primero que amar a nuestro cónyuge. Será posible en este momento que se pregunten, no importa si están casados o separados de su cónyuge, pueden contestar honestamente si ¿el trato que dan a su cónyuge cultiva y da ejemplo de respeto y amor a sus hijos? Usted esta en sintonía de Aquí entre nos con Narda Fernández y Mientras se responden esta pregunta, escucharemos algo de música por Señal 94.9 FM.